El promontorio sobre el que se levanta forma parte de la sierra de las montañas Aurunci, en su tramo final que se extiende sobre las cristalinas aguas del mar Tirreno, en la provincia de Latina. Alrededor, el área es mayormente llana. En algunos puntos, el litoral está muy sangrado: espolones de roca se lanzan al mar dando vida a pequeñas cuevas naturales que dan nombre al pueblo (Sperlonga deriva de "spelunca", término con el que se denominan estas aberturas sobre el agua).
Los primeros vestigios de un asentamiento humano en esta zona se remontan al Paleolítico, pero fue en la época romana cuando Sperlonga adquirió encanto y belleza, gracias a la construcción de numerosas villas cuyos restos aún hoy podemos admirar. Durante el período medieval se convirtió en un pintoresco pueblo de pescadores, a menudo en el centro de devastadoras incursiones piratas que lo destruyeron varias veces. Toda la ciudad fue reconstruida a partir del siglo XVII, pero quedaron espléndidos testimonios de su pasado más remoto.
El pintoresco casco antiguo
En pleno centro histórico de Sperlonga podemos admirar lo que queda de sus orígenes más antiguos. En un momento, el pueblo fue un verdadero castillo rodeado de murallas fortificadas y torres de vigilancia. De todo ello quedan las dos puertas de acceso -Portella y Porta Marina- y tres torres que destacan en el corazón más antiguo de la localidad: la Torre Truglia, la Torre Central y la Torre del Nibbio (estas dos últimas se encuentran hoy justo entre el casas y calles del pueblo). Otros espléndidos testimonios del pasado son las pequeñas iglesias como la capilla de San Rocco y la iglesia de Santa Maria di Sperlonga, que datan de 1135.
Como dijimos anteriormente, la ciudad aún conserva maravillosas obras de arquitectura medieval, como el Palazzo Sabella (cuya fachada fue reconstruida en el siglo XVI), pero sobre todo romana. Uno sobre todo es la espléndida villa de Tiberio, construida sobre los cimientos de una estructura anterior de la república tardía a instancias del emperador romano. Su peculiaridad consiste en la presencia de una cueva natural, llamada cueva de Tiberio, incorporada dentro de la villa y utilizada como comedor de verano. Se instalaron fascinantes fuentes de agua, extraordinarias decoraciones de mármol y grupos escultóricos del ciclo de Ulises.
Las hermosas playas
Sperlonga, sin embargo, no es solo arte y cultura. Son muy famosas sus playas de arena fina, galardonadas con la Bandera Azul por su belleza y habitabilidad. Una de las más conocidas es la playa de Canzatora, apta para niños: se eleva a lo largo de la costa occidental y suele estar muy concurrida. Un poco más tranquilas son la playa de Lago Lungo, una zona salvaje perfecta para los amantes del kitesurf, y la de los 300 escalones. Se llama así porque, para llegar a esta cala aislada, es necesario caminar por un camino escalonado, accesible solo por una tarifa.
Por último, es imposible no mencionar la playa de Fontana (también conocida como playa de Sorgente), caracterizada por una pequeña cala de arena donde se ha formado una pequeña piscina. En su interior cae el agua, dulce y muy fría, que brota de la roca a la sombra de la Torre Truglia. Una vez que esta fue la principal fuente de suministro de agua del país, hoy es una hermosa atracción.
Entre arte, tradición y gastronomía
¿Qué hacer en Sperlonga? Las posibilidades son infinitas: además de pasar días enteros en la arena o pasear por el centro histórico admirando sus espléndidas obras arquitectónicas, podrás disfrutar de algunas delicias locales. En el paseo marítimo hay muchos restaurantes donde poder disfrutar de deliciosos platos de pescado, pero si quieres aprovechar la oportunidad para descubrir algunas especialidades locales, lo único que tienes que hacer es buscar un restaurante. Y por la noche el pueblo cobra vida gracias a las pequeñas discotecas del centro histórico que ofrecen aperitivos y buena música.
Sperlonga se encuentra en un espolón de roca, la parte final de las montañas Aurunci, que se extiende hacia el mar Tirreno y el golfo de Gaeta, fusionándose con el Monte di San Magno.
Historia
En la zona existen vestigios de actividad humana a partir del Paleolítico Superior.
La apertura de via Litoranea Flacca, una obra de atrevida innovación tecnológica realizada por el profesor G. Maresca diseñada por encargo de la Cassa del Mezzogiorno, que va de Terracina a Gaeta en 1958, ha aumentado considerablemente el flujo turístico de Sperlonga, pero ya el descubrimiento, en 1957 por el profesor Giulio Iacopi, de hallazgos arqueológicos y la campaña de excavación de la Grotta di Tiberio, ya conocida desde 1908, fueron un estímulo para una afluencia cada vez más abundante tanto de estudiosos como de turistas. Los numerosos hoteles y otras estructuras (un total de 39), brindan una gran hospitalidad que, combinada con la renovación de las casas en el centro histórico por parte de los turistas que se han convertido en propietarios con el tiempo, aumentan el número de